domingo, 27 de octubre de 2013

¿Qué son los juicios orales?



Solamente quién construye el futuro,
tiene derecho a juzgar el pasado.
Nietzsche
 
Desde hace varios meses se ha estado hablando de un cambio en la impartición de justicia en México; de un modelo más transparente y humano en los procesos, lo que se basa en el modelo de los juicios orales.
 
Pero, ¿Qué es un sistema penal acusatorio? y ¿Qué son los juicios orales?
 
Para responder, primero hay que mencionar que la sociedad fija reglas de conducta para lograr determinados intereses particulares y comunes. Estos mecanismos se reflejan en la creación del derecho y su aplicación por las autoridades, quienes tienen la función tanto de vigilar el cumplimiento y respeto de las reglas, así como generar los mecanismos adecuados para la satisfacción de necesidades.
 
Dentro de esas reglas surge el Sistema de Justicia Penal (investigadores, Ministerio Público, Jueces, ejecutores de penas), como mecanismo jurídico para reaccionar contra el problema de la delincuencia, y ayudar al mantenimiento del orden social y sus intereses.
 
Históricamente se habla de un sistema penal inquisitivo y un sistema penal acusatorio: en el sistema penal inquisitivo se lleva un expediente escrito y secreto, y es rara la protección efectiva de los derechos humanos; en cambio, en el sistema penal acusatorio, los derechos humanos son la base de la actuación de las autoridades, en un procedimiento igualitario, público y oral que se lleva ante un Juez imparcial.
 
Como en México se aplicaba un procedimiento penal inquisitivo desde hace siglos, el cual fue superado por la evolución de la protección de los derechos de las personas, el 18 de junio de 2008 se realizó una reforma a la Constitución Federal, que obliga a implementar un sistema penal acusatorio en el país, lo cual se reforzó con otra reforma constitucional de 10 de junio de 2011, que ordena a todas las autoridades mexicanas a realizar acciones para la protección y garantía de estos derechos. Este sistema penal acusatorio y sus juicios orales, deberá operar en todo el país a mas tardar el 19 de junio de 2016, aunque desde el 2011, la ejecución de las penas se vigila y controla por el Juez de Ejecución.
 
Entonces, esta reforma establece un sistema penal acusatorio, y respondemos la primera pregunta: el sistema penal acusatorio es un procedimiento igualitario, ágil, continuo, público y oral de investigación, juzgamiento y sanción de delitos, controlado por los Jueces, desde la realización de la investigación del hecho, hasta el cumplimiento final de las sanciones, para lograr una protección efectiva de los derechos de la víctima, la sociedad y el probable responsable involucrados en el delito.
Este sistema penal acusatorio tiene como fines los de esclarecer los hechos para determinar si son delitos, proteger a los inocentes de los particulares y las autoridades, procurar que no se genere impunidad y se sancione al culpable, que los daños causados se reparen eficazmente a las víctimas, mantener el orden y restablecer la armonía social, en un marco de respeto a los derechos humanos previstos en la Constitución Federal y el Derecho Internacional.
 
Así, para lograr estos fines, el sistema penal acusatorio tiene como herramienta a los juicios orales, con lo que respondemos a la segunda pregunta: los juicios orales son las audiencias dirigidas por un Juez imparcial, donde las partes involucradas en el conflicto (Ministerio Público, víctima, Defensor e imputado), con igualdad procesal, presentarán sus argumentos orales para probar la existencia de un hecho, dando oportunidad a las partes de debatir en forma directa, y el Juez tomará sus decisiones en forma inmediata, pública y transparente, ante las partes y la sociedad en general que podrá acudir a presenciar la audiencia.
 
Concluyo por el momento, y resalto que uno de los mecanismos que logrará la implementación eficaz de este nuevo modelo, es su enseñanza y difusión. En el Departamento de Derecho de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, maestros especializados en la materia hemos realizado investigación e impartido cursos sobre el sistema acusatorio y juicios orales desde el año 2006, en las cátedras de Derecho Penal, Derecho Procesal Penal, Clínica de Derecho Penal y Derechos Humanos; actividades que continuará en mayor y mejor medida gracias a la construcción de la Sala de Juicios Orales, espacio digno y adecuado para desarrollar y practicar habilidades estratégicas en litigación oral.

domingo, 24 de febrero de 2013

He aprendido a comer lentejas...






El título de este trabajo tiene un gran significado simbólico para mí; es una derivación de una anécdota que se atribuye a Diógenes el Cínico y al filósofo Aristipo, que supuestamente vivía en abundancia por prestar sus servicios a un rey.

            Se dice que un día se encontraba Diógenes en la calle comiendo lentejas, considerado uno de los pocos alimentos que las clases más pobres podían costear y consumir, cuando pasaba por ahí el filósofo Aristipo, y al verlo le dijo “Diógenes, si aprendieras a ser sumiso y adular al rey no tendrías por que comer esa basura de lentejas”, y Diógenes le respondió “Aristipo, si tu hubieras aprendido a comer lentejas no tendrías porque adular al rey”.

Diógenes nació en Sínope, en la actual Turquía, en el año 413 a.C. Por cuestiones de un fraude económico fue desterrado de su ciudad y fue así que anduvoo por Esparta, Corintio y Atenas. En esta última ciudad, frecuentando el gimnasio Cinosargo, se hizo discípulo de Antístenes. A partir de entonces adoptó la indumentaria, las ideas y el estilo de vida de los cínicos. Vivió en la más absoluta austeridad y criticó sin piedad las instituciones sociales. Su comida era sencilla, dormía en la calle, bajo algún pórtico o en su tonel, pues sólo admitía tener lo indispensable. Cuentan que un día, viendo que un muchacho tomaba agua con las manos, comprendió que no necesitaba su jarro y lo arrojó lejos.

De ahí se le atribuye la idea de que el hombre más libre y más feliz es el que menos necesidades tiene, y es donde cobra para mi el significado de aprender a comer lentejas: uno puede buscar ser un hombre completo gracias a la virtud, puede ser un hombre que las cosas y distracciones mundanas no sean necesarias para su desarrollo, puede ser un hombre que pueda ser feliz descubriéndose así mismo, perfeccionándose y equilibrándose en su entorno, o puede ser un hombre que para ser feliz deba aprender a menospreciar su dignidad y adular a otros para que les den y ser alguien conforme a lo que tenga en cuestión material.

Puede ser un hombre honesto, de verdad, uno que viva por sí mismo y no a través del rebaño, un hombre de los que Diógenes buscaba con su lámpara a plena luz del día.

Entonces, si uno aprende a comer lentejas se dará cuenta que un verdadero ser humano no es aquel que tenga un gran puesto o un gran salario, que pueda tener sometidas a muchas personas, que pueda ordenar y pisotear sin remordimiento, que tenga un titulo socialmente relevante.

Si uno aprende a comer lentejas se dará cuenta que un verdadero ser humano es aquel que tiene una familia de 5 personas, es el único que aporta para su manutención, sale todos los días antes de las 5 de la mañana para iniciar la jornada, y regresa después de la media noche, a semi descansar, con la alegría de poder darle algo a los que aprecia.

Si uno aprende a comer lentejas se dará cuenta que un verdadero ser humano es aquel que sin chalecos antibalas, se arriesga a sobrevivir entre la podredumbre que hay con los que trabaja, y con los que están fuera esperando dañarlo; y a pesar de eso, sigue dejando la piel por los que quiere y por los que ni lo conocen.

Si uno aprende a comer lentejas se dará cuenta que un verdadero ser humano es el que salva vidas, el que comparte, el que abraza, el que libera, el que protege la vivienda de toda una vida, el que regala una sonrisa, el que da un abrazo fraternal, el que conoce y comparte lo que sabe.

Si uno aprende a comer lentejas se dará cuenta que un verdadero ser humano no es el que vuela, sino el que te ayuda a volar sobre este mundo árido, te da sus alas rotas para enseñarte a volar, te da sus ojos secos para ayudarte a ver, y te enseña a ser humano, solidario y libre.

            Si uno aprende a comer lentejas se dará cuenta que el verdadero ser humano es aquel que agacha la cabeza sólo para levantar al que está caído.

            Si uno aprende a comer lentejas, sabe que para que el ser humano pueda trascender en sus flaquezas de hombre y forma mecánica de vivir, sus limitaciones y sus ataduras mentales, psicológicas y espirituales; para que pueda ver más allá de las apariencias y arrojar cierta luz en su mundo interior confuso y caótico, no basta con creerlo, sino que el trabajo hay que entenderlo en sí mismo y llevarlo a cabo perseverantemente.
 
            Y con tu apoyo sigo aprendiendo a comer lentejas…

domingo, 3 de febrero de 2013

Disfrázate de mí...


Disfrázate de mí


 

Disfrázate de mí,
Te regalo mis caricias para usarlas como guantes
Tomate de mis brazos y utilízalos de abrigo
Cúbrete con mi cuerpo, como capa multiforme

Disfrázate de mí,
Te regalo mi mirada para ver de mil colores,
Llénate de mis labios como maquillaje necio
Toma mis besos dulces y que coloren tu cuerpo

Disfrázate de mí,
Ponte mis sensaciones como cien constelaciones,
Lleva mi corazón arrinconado en tu pecho,
Cúbrete con mi amor, con mi ser y con mi cuerpo

Disfrázate de mí,
Y no me dejes salir de ahí…

publicado en el libro "Mi silencio es mi cómplice. Cartas, poesía y reflexión", de José Luis Eloy Morales Brand, editado por TGráfico de San Luis Potosí, México, en el 2009.