(Publicado originalmente en la Revista Electrónica México
Kafkiano, http://mexicokafkiano.com/wordpress/wp-content/PDF/Vigilandoconamor%20Mtro.%20Eloy%20Morales.pdf
el 18 de octubre de 2010, y en la Revista Electrónica Crisol Plural, http://crisolplural.com/2010/10/19/vigilando-con-amor/
el 19 de octubre de 2010.)
"Vigilando
con amor
Y si tuviera que discriminar de nuevo aquellas
sombras, en ardua competencia con aquellos que han conservado en todo momento
las cadena…, ¿no se expondría al ridículo y a que se dijera de él que, por
haber subido hasta lo alto, se había estropeado los ojos, y que ni siquiera
valdría la pena intentar marchar hacia arriba?
La
alegoría de la Caverna. Platón
Hace algunos días se transmitió por el canal Fox latino
el capítulo 20, de la temporada 21 de la serie animada “Los Simpsons”, de Matt
Groening. En español se titulo “Vigilando con amor”, y se encuentra alojado en
el siguiente link http://www.lossimpsonsonline.com.ar/capitulos-online/espanol-latino/temporada-21/capitulo-20
por lo que los invito a verlo, y a la vez les comparto mi reflexión en el
sentido de que se trató de una alegoría, en 22 minutos, de la novela 1984 de
George Orwell, que llega en una etapa social de inseguridad donde la intimidad
y los derechos se restringen con el pretexto de combatir esa inestabilidad.
En
principio, Smithers, asistente ejecutivo del Sr. Burns, dueño de la Central
Nuclear de Springfield, le informa que ya no tienen un lugar donde ocultar el
plutonio y residuos peligrosos de la fábrica, es decir, le hace ver la
producción de energía nuclear peligrosa que existe en el lugar; por lo que se
le da la orden de esconder una barra de plutonio con el mas tonto de los trabajadores
de la planta. Aparece entonces una maleta de Homero Simpson, en donde se oculta
una barra de plutonio; este personaje acude a una estación de trenes donde
olvida su maleta, y nos muestran el pánico que se genera por la “maleta
olvidada”, lo que es evidencia del ambiente de miedo que se ha generado en la
conciencia colectiva. Lo interesante del caso es que la maleta no afecta o
explota por sí misma, sino que el propio sistema de “seguridad pública” de
Springfield es quien la hace explotar con dinamita, generando un desastre nuclear;
aquí se muestra que el peligro real lo genera el mismo sistema, no un acto de
otra persona o grupo, la explosión la genera el mismo sistema: la guerra es la paz.
A
partir de aquí se desencadena toda la historia: Kent Brockman, conductor del
programa de noticias de canal 6, informa de la explosión en la estación del
tren, y dice que no hay otra forma de llamar el hecho más que como un “acto
terrorista”. Es decir, primero hubo pánico, se provocó una explosión por el
mismo cuerpo de seguridad, se genera miedo y se califica como acto terrorista a
través de los medios: el Ministerio de
la Verdad.
Luego nos muestran una sesión de los miembros del partido
frente a los representantes (altos privilegiados) del gran hermano: una reunión
democrática del pueblo para decidir cómo solucionarán el problema. El Alcalde
Diamante comienza la sesión con esta frase “hasta ahora todo lo que habíamos
dicho de terrorismo era mentira, pero hoy le temo a la verdad…”, lo que
nuevamente nos muestra la manipulación de la conciencia colectiva a base del
miedo, y como algunas autoridades ni siquiera están conscientes de lo que
ocurre en la realidad. Aparece entonces un asesor ingles de seguridad
(físicamente parecido a Joseph Goebbels), que les explica cómo Inglaterra es la
ciudad más segura gracias a ser controlada por un sistema de videovigilancia
total: el Big Brother.
Lisa
Simpson, representación de la mujer pensante e inteligente, cuestiona hasta
dónde van a ceder sus derechos por esa aparente seguridad, y si eso es lo que
querían los padres de la patria (referencia a Benjamin Franklin y su frase
sobre la libertad y la seguridad transitoria), y es donde se ridiculiza a la
democracia, pues aparece por primera vez un personaje, representando al grueso
de la sociedad, que dice “yo soy Wally, el padre de Wally, y esto es justo lo
que quiero…”, una reacción sin pensar, provocada gracias al miedo, por lo que
sólo Lisa está en contra de esa vigilancia, pero al tomar la votación, el
Alcalde Diamante se dirige a los asistentes de la siguiente forma: “los que
estén a favor levanten la mano; los que estén en contra levanten la mano y
digan odio al país…”: ama al Gran
Hermano, de lo contrario eres enemigo.
Estas
cámaras son controladas en el cuartel de Policía, que recluta a una serie de
ciudadanos “chismosos pero no pervertidos” para que realicen la función de
vigilancia. Ned Flanders toma el mando con la idea de crear un mejor
Springfield, pero con lo que cree que es mejor para él mismo: la Policía del Pensamiento.
El
capítulo prosigue y nos muestra un debate en el que participa Lisa Simpson que
irónicamente señala que todos los estudiantes deben usar uniforme, para verse
iguales y generar un equilibrio, y es mejor confundirse entre los demás, lo
cual es una referencia a que en la novela 1984, los miembros del partido
deberían vestirse y verse iguales, para no distinguirse y sentirse más que los
demás, lo cual podría generar un desequilibrio (misma idea de la obra
Fahrenheit 451). Además, al igual que en la novela orwelliana, las cámaras no
sólo ven, sino que también pueden hablar, lo cual descubre Flanders cuando
observa a Jimbo besar a una chica en un jardín; al hablarles, la reacción de la
chica es “no me toques si alguien está mirando”, la idea de la misma novela
sobre la falta de contacto físico, empatía y fraternidad humana, para lograr la
división de los individuos.
En otro lado de la
ciudad, concretamente el Bar de Moe, se encuentran Lenny, Carl, Homero y Moe
haciendo apuestas sobre el clima. Flanders se da cuenta de esto, les habla a
través de las cámaras y los obliga a que dejen de hacer apuestas ilegales. Carl
le contesta que las cámaras las pusieron para protegerlos de los actos
terroristas que los quieren dañar, y Flanders le replica: “¿cuántos actos se
han dado desde que instalamos las cámaras?”; en otras palabras: la vigilancia
no es para vigilar actos de afuera, sino para vigilar y controlar a los que
están adentro, una vigilancia similar a la mostrada en la película de “La Aldea”,
donde el miedo se infundía y el control se aplicaba para evitar que las
personas salieran de la forma de vida que tenían. Homero Simpson, que en un
principio estuvo de acuerdo con la instalación de las cámaras, se molesta, deja
el Bar y e alega que en casa sí estará a salvo, pero se da cuenta que eso no es
verdad ya que todo espacio está controlado por el ojo vigilante. En síntesis,
el riesgo de instalar una cámara para tu seguridad, provoca violentarte tu
privacidad e intimidad, que en última instancia deja de existir: la libertad es la esclavitud.
Flanders se da cuenta
de este punto ciego, llega al lugar, y se da cuenta que todos los que en
principio aceptaron las cámaras, ahora no están de acuerdo por no poder vivir
sus vidas sin sentirse observados y controlados. Flanders les dice que el no
quería ser el Gran Hermano, sino la hermanita para lograr un mejor Springfied
al delatarlos a todos; lo que muesta el sistema de autovigilancia expuesto por
Michel Foucault, y representado también en la novela orwelliana, pues el
sistema funciona, no cuando él te vigila, sino cuando provoca la
autovigilancia, el delatar al vecino, el vigilar y denunciar a los propios
padres, lo que incluso se refleja cuando Rod, hijo mayor de Flanders, delata a
su hermano Todd (miembro del partido) que se encuentra en el punto ciego, tal como traicionaron a Winston Smith en la
novela 1984; en el capítulo se muestra como Todd está a punto de ser atacado
por ratas, debido a esa rebeldía contra el gran hermano al acudir al punto
ciego de la prole: la Habitación 101.De
repente Bart Simpson descubre un punto ciego en Springfield: su patio, el cual
se convierte en el lugar a donde todos van a hacer lo que en privado se torna
su libre desarrollo de personalidad. Este punto ciego representa el área de la
prole de la novela orwelliana, donde se encontraba la sociedad denigrada, la
sociedad “maligna” que no quería comportarse como los demás, ni amar al Gran
Hermano.
Flanders se da cuenta
de este punto ciego, llega al lugar, y se da cuenta que todos los que en
principio aceptaron las cámaras, ahora no están de acuerdo por no poder vivir
sus vidas sin sentirse observados y controlados. Flanders les dice que el no
quería ser el Gran Hermano, sino la hermanita para lograr un mejor Springfied
al delatarlos a todos; lo que muesta el sistema de autovigilancia expuesto por
Michel Foucault, y representado también en la novela orwelliana, pues el
sistema funciona, no cuando él te vigila, sino cuando provoca la
autovigilancia, el delatar al vecino, el vigilar y denunciar a los propios
padres, lo que incluso se refleja cuando Rod, hijo mayor de Flanders, delata a
su hermano Todd (miembro del partido) que se encuentra en el punto ciego, tal como traicionaron a Winston Smith en la
novela 1984; en el capítulo se muestra como Todd está a punto de ser atacado
por ratas, debido a esa rebeldía contra el gran hermano al acudir al punto
ciego de la prole: la Habitación 101.
Flanders
se da cuenta que quiso convertirse en Dios, por lo que reflexiona, y junto con
Homero Simpson, destruyen las cámaras de Springfield, dejando ciego al Gran
Hermano; a diferencia del final de 1984 de George Orwell, los miembros del
partido se rebelan y dejan de amarlo: un final feliz.
El capítulo finaliza dando a entender que las cámaras se instalaron para crear un “Reality Show” que se veía en Inglaterra: “Los Zoquetes Americanos”; lo que da a entender el porqué este tipo de programas han proliferado, al igual que la evidencia de información a través de las redes sociales: aprovechando la ignorancia de la población, que cree en todo lo que se le dice, que no investiga, que es acrítica, que no tiene una pisca de instinto o intuición, se le van restringiendo sus derechos al máximo, haciéndole creer que es para su beneficio; el programa del Big Brother creado para poner de moda algo aparentemente inevitable: la ignorancia es la fuerza.
Así,
tenemos una muestra más de que el artista utiliza la mentira (ficción) para
decir la verdad; el arte no sólo expresa un sentir, la televisión no sólo está
para entretener, sino también para mostrar una visión del mundo en el que se
vive, en el que uno se desenvuelve:
-La
mayoría de las personas no se enteran. Ni quieren, ni necesitan saberlo. Son
felices. Creen que todo está bien colocado.
-Pero,
la gente es lista, puede asumirlo.
-
El individuo es listo. La masa es un animal miedoso, idiota y peligroso. Tú lo
sabes. (Diálogo en la película “Hombres de negro”).
¡Disfruten la luna de octubre!"
Me da gusto ser el primero en comentar tan buena conversación; lo digo así porqué recuerdo la estructura de esas palabras cuando platicamos hace unos meses. El ojo espía. Pero que pasa cuando el ojo ni siquiera existe. hablamos de las culturas con religiones judeo cristianas cuando nuestra propia consciencia es el ojo vigía ( vigilar y castigar de Foucault)donde culpa y autor reproche son tan inhibitorios como el código penal o el decamerón romano... la libertad es mental ( decían un amigo presidiario). Y también es cierto que miles disfrutamos v la cotidianidad...... ( IBARGÚENGOITIA)
ResponderEliminarFE DE ERRATAS (Y DE RATAS TAMBIEN )AUTOR REPROCHE... Y DECÍAN
ResponderEliminarUna cuestión son las cadenas mentales (las propias cadenas) y otras las cadenas externas (que también son mentales, pero inducidas por lo exterior). Tanto el ambiente como el propio desarrollo va creando las limitaciones o las libertades, y ahí debemos verificar que tanto realmente somos libres en el pensamiento, cuando estamos inducidos a creer que tomamos una decisión libre, pero condicionada por otros. Decía Kafka que vivimos en una constante libertad condicional, y si bien la mente es libre, no hay que dejar que la imposición de otros nos haga creer que decidimos libremente. Gracias por comentar!
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