sábado, 24 de septiembre de 2016

Yo soy él, tú eres él, tú eres yo, y todos somos todo…

No hay camino para la Paz, la Paz es el camino…
Gandhi

En conmemoración al día de la Paz (que todos los días deberían ser días de la Paz, pero en fin) les presento una reflexión basada en un tiempo de meditación y de lectura, cuyo título surge de la letra de la canción “I Am the Walrus” de los Beatles, que contiene un fuerte mensaje a través de la palabra: di la palabra y serás libre, como los mismos Beatles decían en otra de sus canciones “The Word”.


            Imaginen que el ser humano es mucho más que algo físico; que el cuerpo es un traje mediante el que nuestro pensamiento nos permite experimentar en este mundo físico. Imaginen que nuestro cerebro nos conecta más allá de lo físico; no que pensemos desde el cerebro, sino que a través de éste nos conectamos con un campo de energía que llamamos mente. Las emociones son otro campo de energía, y estos campos están conectados en chakras o círculos de luz.
           
Ahora recordemos que muchas veces olvidamos que somos energía. Démonos cuenta de que a veces pensamos que vivimos en un “mundo” cuando en verdad vivimos en un campo de energía; el problema es cuando nos atrapamos en un único campo y no vemos ni nos conectamos con los demás campos de energía.
           
El mundo que vemos, es una pequeña parte del infinito en el que nos encontramos. Como dice un investigador, el mundo físico es como una emisora de radio, y nuestros sentidos físicos se sincronizan con esa frecuencia, y por ello es todo lo que vemos. Pero a nuestro alrededor hay infinitas frecuencias, más allá de nuestros sentidos. Otros seres, como algunos animales, no tienen problemas en captar estas frecuencias. El ser humano cuando es bebe, también tiene contacto con estas frecuencias, hasta que se desconecta por condicionamientos sociales, lo que a veces se le llama “maduración”. Es donde el asombro y la curiosidad se pierden por la cotidianeidad, la comodidad y el conformismo.
           
Desde esta frecuencia física sólo podemos ver el 1% de todo lo que está ahí. Como lo dice el mismo investigador, cuando abramos la mente y expandamos la percepción, estaremos viviendo en frecuencias con una conciencia infinitamente mayor acerca de quiénes somos y la naturaleza de la vida.

            Volviendo a la alegoría del radio, cuando cambiamos de estación, dejamos de escuchar la primera porque estamos en otro rango, pero la primera estación no ha desaparecido; sigue emitiéndose, pero no podemos escucharla. Si decidimos sintonizarla de nuevo, ahí la encontraremos.

Lo mismo ocurre con nuestra energía: somos pequeñas gotas de agua en un océano de energía que adopta infinitas apariencias. Este océano tiene diversas densidades de energía. En este momento nos encontramos en la densidad del mundo físico, pero todas las demás frecuencias están a nuestro alrededor y fluyendo entre nosotros, aunque sólo percibamos lo que nuestros sentidos pueden ver, tocar, oler, oír y saborear; es la cárcel del que se habla en la película “Matrix”, la que nuestro cerebro interpreta como lo único real.

El hecho de que no seamos capaces de observar estas frecuencias, no significa que no existan, sino que nuestra percepción es limitada. La materia es energía densificada en una vibración lenta, pero todos somos una única conciencia que experimentamos subjetivamente en lo individual. Somos lo que imaginamos y concretizamos. Somos una idea concretizada de una mente universal, y las ideas son a prueba de balas. Somos esa mente universal.

Ya lo dijo Einstein: la energía no se destruye, sólo se transforma. Nuestra conciencia es energía, no se destruye. Simplemente cambiando la frecuencia (temperatura) de la materia, se transforma a diversas densidades: el hielo se vuelve agua, el agua se vuelve vapor, y el vapor se hace más sutil. Todo es la misma energía pero en un estado distinto. Vean la nueva versión cinematográfica de “El aprendiz de brujo” con Nicolas Cage.

El cuerpo físico del humano tiene varias frecuencias o densidades. Cómo aparece un objeto o una persona, depende de la frecuencia desde que se le observe. Como ejemplifica el mismo investigador, los “rayos X” se sintonizan con frecuencias que coinciden con estructuras óseas, de manera que no retratan la carne externa, que vibra en otra frecuencia. Los rayos X no muestran paredes de edificios, sino las barras de hierro internas. Si observamos el mundo desde una frecuencia similar a los rayos X, lo veremos en forma muy diferente, pero si consideramos leyes físicas de una frecuencia, para valorar o ver otras frecuencias, nunca saldremos de la ignorancia. Lo que puede aplicarse a una frecuencia, es para esa frecuencia y no para otra. Algo así como alguna vez dijo Antonio Gramsci, refiriéndose a la ciencia: “creer que se puede hacer avanzar una investigación científica aplicándole un método tipo, elegido porque ha dado resultados en otra investigación, a la que se adaptaba naturalmente, es una extraña alucinación que tiene muy poco que ver con la ciencia…”

Todo, desde el aire hasta una gota de agua, desde el fuego hasta un pedazo de tierra es energía en movimiento. Entre más despacio vibre, más sólido parece, y entre más rápido se mueva, más transparente llega a percibirse, hasta un momento en que pareciera que desaparece. Insisto, vean la película de “El aprendiz de brujo”.

Somos nuestra propia imaginación: nuestras vidas, nuestra experiencia física, son una manifestación de nuestros pensamientos. Somos lo que creemos que somos. Nuestra imaginación sobre nosotros y el mundo que nos rodea, se convierte en nuestra experiencia física. ¿Piensas que eres tonto? Serás tonto, ¿piensas que sólo lo bueno le pasa a los demás? Sólo lo bueno le pasará a los demás. El pensamiento todo lo crea, nuestros pensamientos lo crean. Como dice el investigador, en el mundo físico, el tiempo que transcurre entre el pensamiento y su manifestación física puede ser extenso. Lo que vemos en el mundo físico como creación humana, no existiría si alguien no lo hubiera pensado (¿les recuerda a Linterna Verde?). Pero en otros rangos de energía, donde es menos densa, el pensamiento y su manifestación se da en un instante; lo cual significa que vivimos en una ilusión, porque el mundo es un reflejo, es un espejo del pensamiento humano (recuerden la escena de la película “Matrix” donde Neo se refleja en el espejo roto). Como creamos que es el mundo, así será; será nuestra percepción de lo que es.

En la película Matrix, existe una escena donde un niño dobla una cuchara y le dice a Neo: “la cuchara no existe; no se dobla la cuchara, sino que tú eres el que te doblas…”; eso podría interpretarse que la realidad física es simplemente lo que uno cree que es real. Como lo dice el investigador, si nos diéramos cuenta que ni siquiera vemos a los objetos, sino la luz que están reflejando, y que ese reflejo entra a nuestros ojos de cabeza, y el cerebro tiene que percibirlo en la posición correcta; si nos diéramos cuenta que no oímos el sonido, sino que nuestros oídos convierten la presión que pasa a través de la atmósfera en distintas ondas y nuestro cerebro las transforma en el sonido que percibimos, tal cual lo hacen los radios y las televisiones, pues las emisiones no se dan en forma de imágenes o sonidos, sino en ondas o vibraciones que son decodificadas, nos daríamos cuenta que lo real es nuestra energía llamada pensamiento.

Vivimos en universos personales que coinciden y se conectan con otros universos. Observamos lo visible, el mundo físico, y lo que hacemos con él se convierte en nuestra realidad o universo personal. Nuestras visiones se conectan o dispersan, dependiendo la percepción del propio universo. Pero esa percepción no es lo que realmente es, sino lo que creemos que es: una ilusión generada por nosotros mismos. Cuando una mente está convencida de algo, eso se convierte en su realidad física.

Como dice el investigador, no somos nuestro cuerpo; éste es solo un nivel temporal para experimentar en esta frecuencia del mundo físico. El cuerpo es una proyección de la conciencia para interactuar con la energía densificada. Platón nos lo dijo: los cuerpos son solamente las sombras de la verdadera realidad. Cada partícula es una imagen del todo. Pero una proyección es una ilusión, y somos más que esa proyección física.

Somos lo que ha existido, existe y existirá. Yo soy él, tú eres él, tú eres yo, y todos somos todo… No somos parte de la energía, sino que somos la energía. No somos un yo o un nosotros, sino un todo infinito. Las divisiones entre nosotros son una ilusión, y los conflictos entre nosotros son conflictos dentro de uno mismo. El conflicto exterior es expresión del conflicto interior, y con los que interactuamos son proyecciones externas de nuestro ser interno; de ahí la ley de la atracción o karma: mala energía atrae mala energía, buena energía coincide con buena energía.

Como dicen “Los Pingüinos de Madagascar”: No hay que buscar afuera lo que está dentro de uno. La respuesta está dentro de ti. Si buscas afuera nunca lo encontrarás. Los problemas que vemos en el exterior, son el estado y las actitudes de nuestra conciencia. ¿Queremos Paz? Para cambiar lo exterior, hay que cambiar la proyección de ese exterior. Es simplemente una elección, una elección que se reduce a que si en verdad nos estimáramos los unos a los otros, no proyectaríamos conflictos al mundo exterior. No hay caminos para la Paz, la paz es el camino…

Como dice el investigador, existimos en todas las densidades; nuestro núcleo es amor puro, la chispa de divinidad que todos tenemos. Somos energía pura, simplemente somos eso. Todo lo es, todos somos uno. Somos todo el tiempo, todos los lugares, todo el pensamiento, todo lo que existe. Este amor puro se hace de diversas densidades externas para interactuar y experimentar. Y todo, a excepción de esta chispa de amor, se trata de una ilusión.

La cúspide de la película Matrix se da cuando Neo deja de ver el mundo como distintas personas y objetos, y ve todo como una corriente de números en movimiento. Expandió su conciencia más allá de los límites físicos, y se abrió a quien realmente es, dejando ir a aquel que la ilusión le decía que era. Si realmente somos ese amor puro, nos podemos desprender de nuestro cuerpo físico, y nuestra conciencia se convertirá en esa chispa de amor que es toda la existencia.

Como concluye el investigador, el mundo externo presenta las consecuencias de nuestras proyecciones. Para cambiar esa realidad hay que darnos cuenta que el mundo físico es una proyección, una ilusión, creada por nuestras propias mentes. Como dijo Freire, ninguna realidad es dueña de sí misma. El miedo, la venganza, el odio, son las bajas vibraciones que nos mantienen en la ilusión. El amor es lo que nos conecta al nivel más elevado de todo lo que existe.


Si nos cambiamos, cambiaremos al mundo, se trata de un efecto mariposa. El mundo físico solamente es una atracción que podremos cambiar siempre que así lo queramos. No hay que buscar afuera lo que está dentro de ti. Y eso que buscamos es simplemente amor. ¿Queremos Paz?, como lo dijeron los Beatles: todo lo que necesitamos es amor…

Ver o no ver, he ahí el dilema…

 “Living is easy with eyes closed, misunderstandign all you see…” (Es fácil vivir con los ojos cerrados, sin comprender todo lo que ves…).

Strawberry Fields Forever,
The Beatles

La interacción simbólica es una teoría sociológica jurídica con la cual se explica que la realidad se construye socialmente, gracias a los fenómenos de comunicación y comprensión de lo que ocurre en la sociedad. La realidad se construye mediante el entendimiento de los sujetos a través del lenguaje: los sujetos, mediante actos de habla, interactúan en la vida para lograr una coordinación social. Así, el discurso define y da sentido a las realidades necesarias para lograr fines e intereses determinados.

Lo ideal sería que esa comunicación se creara para generar un bienestar de los individuos en sociedad, pero regularmente se utiliza para construir realidades que ayuden a manejar a las culturas, deformarlas (crear nuevos tipos de civilización según Antonio Gramsci), y hacerlas cuadrar con las necesidades del poderoso (institucionalizar las formas de comunicación necesarias para producir reglas que formen el discurso de opinión y voluntad comunes a los intereses del poder). Entonces, la comunicación construye socialmente una realidad: desde los primeros contactos con la familia, hasta la información recibida en el exterior, el individuo acumula una serie de información que le crea y define el mundo.

Ahora bien, podría afirmar que esta teoría ya había sido concebida desde la antigüedad, y para ello basta analizar la “Alegoría de la caverna” de Platón (una alegoría es una figura literaria que pretende representar una idea valiéndose de formas humanas, animales o de objetos cotidianos).

La alegoría de la caverna de Platón, es una explicación sobre la situación del ser humano frente al conocimiento del mundo.

En síntesis, Platón nos habla una vivienda cavernosa, en la cual se encuentran un grupo de hombres, que desde su nacimiento están sujetos a la pared por cadenas ajustadas a su cuello y piernas, de forma que únicamente pueden mirar hacia el fondo de la caverna, y nunca pueden voltear la mirada. Detrás de ellos hay un muro con un pasillo, una entrada-salida al mundo, y luego una hoguera. Por el pasillo del muro caminan hombres portando  objetos, cuyas sombras, gracias a la iluminación de la hoguera, se proyectan en la pared que los prisioneros pueden ver. Estos hombres encadenados no pueden considerar otra cosa verdadera que las sombras de los objetos, ya que no pueden conocer nada de lo que acontece a sus espaldas. Un hombre es liberado y obligado a volverse hacia la luz de la hoguera, contemplando, de este modo, una nueva realidad. Una realidad más profunda y completa ya que ésta es causa y fundamento de la primera que está compuesta sólo de apariencias sensibles. Luego, el hombre sale de la caverna a través de una áspera y escarpada subida, y aprecia una nueva realidad exterior, fundamento de las anteriores realidades, hasta que llega a ver el Sol. Posteriormente el hombre vuelve a entrar a la caverna a tomar su lugar, y se da cuenta como sus antiguos compañeros se ríen por verlo con los ojos estropeados por el paso de la claridad del Sol, a la oscuridad de la caverna.

Con esta narración, Platón nos muestra que la caverna (prisión) es la percepción sensible, las cadenas que nos atan a una aparente realidad y no nos permiten darnos cuenta de lo que realmente ocurre.

Y esta idea no sólo ha quedado ahí, sino que se ha retomado en otras alegorías de la actualidad a través del cine, y para ello las palabras de Jean Cocteau cuando dijo que “…el privilegio del cine es que permite a un número de personas soñar el mismo sueño, y mostrarnos además, con el rigor del realismo, los fantasmas de la realidad… porque existe un considerable público en la sombra, hambriento de esa más verdad que la verdad que será algún día el signo de nuestra época…”.

Así encontraremos ejemplos donde el artista utiliza la mentira para decir la verdad, como en la trama de la película “The Matrix”, de los hermanos Wachowski (1999), que presenta una historia donde los seres humanos son esclavizados, controlados y manipulados para realizar acciones en el sueño de una realidad falsa, donde se les hace creer que se encuentran en un determinado tipo de vida.

Empleando la ciencia ficción, el filme narra que los seres humanos están conectados a las máquinas, en un sueño eterno, y su mente es manipulada para hacerles creer que viven en un determinado mundo, cuando la realidad es distinta a lo que creen ver. Ahí aparece Morfeo (Laurence Fishburne), quien ayuda a Neo (Keanu Reeves) a salir del sueño de la conejera oscura hacia la luz del verdadero mundo, y le dice que los ojos le duelen porque nunca los ha usado (al usarlos ve la realidad tal cual es). También la trama nos muestra cómo aquellos que quieren liberarse del control y la opresión, son perseguidos, neutralizados y eliminados para evitar que otros se sigan desconectando.

En el filme abundan las frases que tratan de llamar la atención del espectador, de enviarle un mensaje que genere una construcción de realidad, una interacción simbólica en su mundo:

El creer y vivir en una realidad construida, hace que la ignorancia se convierta en la fuerza, recordando el tan célebre diálogo en la novela “Farenheit 451” (Bradbury), donde se concluye que lo importante es mantener entretenida a la población para que sea feliz:

-       “La ignorancia es la felicidad. Millones de personas viviendo sus vidas, inconscientes…”

-       “Tienes la mirada de un hombre que acepta lo que ve, porque espera despertarse. Irónicamente, no dista tanto de la realidad.”

El control de la verdad y la realidad, no siempre es para fines a favor del ser humano, sino para determinados intereses de una minoría poderosa, convirtiendo a los demás en mano de obra:

-       “Matrix nos rodea, está por todas partes, incluso ahora en esta habitación. Puedes sentirla cuando vas a trabajar, cuando vas a la Iglesia, cuando pagas tus impuestos. Es el mundo que ha sido puesto ante tus ojos para ocultarte la verdad.”

-       “¿Qué verdad? Que eres un esclavo Neo; igual que los demás naciste en cautiverio; naciste en una prisión que no puedes ni saborear, ni oler, ni tocar. Una prisión para tu mente.”

-       “¿Qué es Matrix? Control. Matrix es un mundo imaginario generado por ordenador, construido para mantenernos bajo control y convertir al ser humano en esto (se muestra una batería).”

Este sistema no es nuevo, históricamente se ha mantenido y sigue siendo efectivo, pues el ser humano olvida, no conoce su historia; y el olvidar, implica repetir:

-       “Matrix es más antiguo de lo que parece…”

Siempre existirá la oposición contra aquellos que traten de ayudar a mejorar la situación y desvelar la realidad, pues la comodidad triunfa frente a la acción de liberación, lo que me hace recordar la frase: “quizá cambie de parecer. Llevar cadenas es más seguro que ser libre…”, en la versión fílmica de la obra de Kafka, “El Proceso”, dirigida por Orson Welles en 1962; y la misma alegoría de la caverna de Platón cuando se dice “…y si intentase desatarlos y conducirlos hacia la luz, ¿no lo matarían, si pudieran tenerlo en sus manos y matarlo?”:

-       “Matrix es un sistema, Neo. Ese sistema es nuestro enemigo. Pero cuando entras ¿qué ves a tu alrededor? Hombres de negocios, profesores, abogados, carpinteros… son las mentes de los mismos que intentamos salvar. Pero hasta que no lo hagamos siguen formando parte de ese sistema, y eso hace que sean nuestros enemigos. Tienes que entender que la mayoría de ellos no están preparados para ser desactivados, y muchos están tan habituados, dependen tanto del sistema, que lucharían para protegerlo.”

El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente:

-       “¿Qué quieren todos los hombres con poder? Más poder.” (Matrix reloaded, 2003)

El único que puede lograr que se vea la realidad, es uno mismo, nadie más:

-       “Intento liberar tu mente Neo, pero yo sólo puedo mostrarte la puerta y tú eres quien la tiene que cruzar…”

Nuestra visión del mundo de la vida es subjetiva gracias a nuestra cultura, experiencia, sentimientos, prejuicios, y todo lo que forma parte de nosotros que se transforma en un filtro de la observación. A final de cuentas lo objetivo no es lo que vemos, sino lo que percibimos de acuerdo a nuestro filtro de observación. Los canales de comunicación para crear nuestra realidad dependen de cada persona.

El artista trata de comunicarse con nosotros a través de su obra, y nos da un mensaje, una idea, un signo, un mecanismo con el cual podamos comprender la realidad que nos rodea. Nos representa a la naturaleza y a la sociedad, con toda la ventaja de develar estructuras claras y coherentes (Guiraud), para entender lo que ocurre y podamos enfrentarlo, para no someternos, para no denigrarnos y no ser los principales responsables de vivir en esa construcción de realidad.

La realidad se puede cambiar si uno sabe preguntar y no da nada por hecho… (“La voz dormida”, Mago de Oz, 2005).

Lo último será lo primero, o todo final es el comienzo
      
      Alejandro Santiago, originario de México D.F., toma el oficio de compositor por vocación y desempeña la tarea diaria de difundir su sentir cotidiano y social a través de sus canciones (descripción tomada de su página web oficial).


       Su canción “Has notado?”, es muestra de cómo el artista emplea esa ficción, llamada arte, para darnos su visión del mundo. Los invito a escuchar la canción.

La realidad no es así, la realidad está así…

Neo: Me duelen los ojos.
Morfeo: Es porque nunca los habías usado…
(The Matrix)

            Alguna vez Paulo Freire escribió que la realidad no era así, sino que la realidad estaba así; y estaba así, no porque ella quisiera, pues ninguna realidad era dueña de sí misma; la realidad estaba así, porque estando así, servía a determinados intereses del poder; y, en consecuencia, nuestra lucha debería ser por cambiar la realidad y no acomodarnos a ella. En otras palabras, Paulo Freire daba entender que la realidad se construía socialmente, y uno podía conformarse en ella, o cambiarla a ella.

            Hoy día, algunos hablan de cómo se crean las ideas y los pensamientos después de haber ido a ver el filme “Inception”, que en verdad envía un gran mensaje para quien lo quiera y pueda ver; pero esto no es nuevo. Desde hace años estamos recibiendo mensajes que nos invitan a abrir los ojos, a darnos cuenta de dónde venimos, en qué lugar estamos y porqué estamos aquí, de que las cosas pueden ser de otra manera (sólo basta ver las historias en They live, Matrix, V for Vendetta, Tierra de ciegos, Todo el poder, Aeon Flux, Reyes de la Calle, y recientemente War Inc., Sector 9, Sherlock Holmes, Avatar, entre otras muchas formas de comunicación en cine, televisión, literatura, y otros foros), tratando de convertirse en acción que provoque una reacción; pero al parecer no ha surtido el efecto esperado, pues seguimos dormidos, sin querer ver más allá de lo evidente, como dijera León-O. 

La realidad se construye socialmente, pues el ser humano tiene una personalidad construida y edificada por fenómenos de interacción y comprensión de las actuaciones sociales: es decir, la personalidad se aprende y la siembra de las ideas en un ser humano es más sencillo de lo complejo que se dice ser.

La comunicación juega un papel significativo en el proceso de construcción social de la realidad. El ser humano recibe un estímulo, y con ese inicio construye la interpretación de una situación en base a la cual va a actuar. Los padres y primeras relaciones transmiten un determinado discurso que precederá y condicionará la evolución individual; la persona logra así una acumulación de tipificaciones que constituye la propia “subjetividad”, la que define al mundo, pero ello no es sólo producto de un conocimiento individual, ya que se acumulan las subjetividades de los individuos significantes que lo rodean: así construye su realidad, con base a los estímulos recibidos que buscan moldear una realidad acorde a determinados intereses.

El estudio de la realidad construida permite pensar al hombre, ya no como objeto de experimentación, sino como sujeto de determinada realidad social. Entonces las formas de actuación de una persona surgen gracias a las relaciones de comunicación, pues mediante los procesos de comunicación y lenguaje, la personalidad innata se construye, y el medio ambiente determina la forma de pensar y reaccionar del individuo.

Así, la sociedad es posible gracias al entendimiento de los sujetos a través del lenguaje, pero la actual sociedad mantiene una comunicación distorsionada que no permite la participación en la toma de decisiones, pues sustituye el lenguaje de fraternidad y ayuda mutua, por el del individualismo, el dinero y el poder; es decir, manipula el lenguaje para que la sociedad crea que participa en el discurso, pero en sí no participa en tales acuerdos que genera el sistema.

Esa comunicación logra la interacción de los sujetos para organizar, relacionar y conciliar el mundo objetivo (material), mundo subjetivo (interior) y el mundo social (normativo y de relación), con la finalidad de generar ciertas conductas. Esa comunicación busca el consenso tratando de que se comprenda un significado y se acepte como válido (lo que se acepta, no necesariamente por ser verdadero) para lograr una realidad social determinada.

El problema es que el discurso o comunicación se utiliza para someter a la persona y reducirla a objeto del sistema, y que actúe conforme a la estructura, al impedírsele que llegue a un desarrollo personal y humano. Esa comunicación construye su realidad dentro de la estructura, mediante un proceso socializador que en ocasiones lo hace acrítico, carente de interpretación, y le construye una personalidad para el consenso de intereses grupales y superiores, en los que no está incluida la mayoría de la población. El discurso maneja a las culturas y las deforma para hacerlas cuadrar con las necesidades del poder.

El discurso del Estado y el Derecho sirve para intervenir y colonizar las diferentes áreas de la vida de los individuos en esta construcción de la realidad. El Derecho presta al poder económico la apariencia de legitimidad o validez del discurso para someter a los seres humanos, y crear formas de comunicación acorde a sus intereses. El Derecho aparece como un beneficio de la sociedad, pero simplemente hay que analizar quién se favorece realmente con su aplicación, y así sabremos de quién es la voluntad de producirlo: hay que observar que problemas resuelve y a favor de quien, para percatarnos de quién es la voluntad plasmada como norma, que generalmente es la de quien detenta el poder, no de los seres humanos a los que se dirige.

El discurso logra su cometido cuando la mayoría lo considera como el mejor argumento (construye sus realidades), y los disidentes no pueden refutar su validez ni convencer a la mayoría de lo contrario.

Y es ahí donde aparece el mensaje que se nos está enviando: la realidad en que estamos viviendo no genera bienestar humano; la realidad debe ser cambiada para lograr la equidad y el equilibrio en los individuos, mediante un acuerdo basado en argumentos racionales, que busquen conjuntamente su bienestar, desarrollo y la satisfacción de sus necesidades como ser humano. Se requiere fraternidad y humanismo, y dejar a un lado el egoísmo: hay que ponernos en el lugar de todos aquellos que se ven afectados con las acciones de la actual realidad social, y verificar si en verdad logran esa satisfacción, respecto a la dignidad y desarrollo de vida de los seres humanos.

La realidad actual es resultado de procesos sociales y estatales de definición, no de una realidad previamente existente, sino construida social e institucionalmente. ¿Cambiamos esa realidad, o nos acomodarnos a ella?...

Orwell tenía razón: la ignorancia sigue siendo la fuerza…


En la novela 1984, de George Orwell, la elite dirigente (el Gran Hermano, o Big Brother) mantenía el control social y su poder político a través de varios Ministerios o Unidades Administrativas, basadas en tres discursos fundamentales: La guerra es la paz, la libertad es la esclavitud, y la ignorancia es la fuerza.

La guerra es la paz, implicaba que era necesario mantener la constante lucha contra los “enemigos” del Estado y la sociedad, por lo cual era necesario mantener un insistente ataque con la finalidad de conservar la paz de la comunidad. En estrecha relación, la libertad es la esclavitud, se refería a restringir las garantías y derechos de los ciudadanos, con el pretexto de que era necesario imponer extremados límites a las libertades, con la intención de salvaguardar la seguridad pública, y otorgar mayor tranquilidad a la sociedad: el Estado daba seguridad a cambio de que la persona le entregara sus derechos. Por último, la ignorancia es la fuerza, se refería al control social de la “verdad” a través de la construcción de realidades, con las cuales se otorgara sólo la información necesaria para que las personas sintieran que el Gran Hermano cumplía con sus deberes y obligaciones frente al pueblo; es decir, entre menos conocimiento cierto tenían, entre más realidades distintas se construían, la ignorancia del pueblo era la mejor herramienta para mantener el control.

En la actualidad, como la mayoría de los críticos lo apoyan, la novela debería de cambiar de nombre, e irse actualizando año con año, por lo que en este momento no se llamaría 1984, sino que su denominación sería 2008, puesto que Orwell tenía razón: la ignorancia sigue siendo la fuerza.
Las sociedades cuentan con mecanismos de control, o procesos sociales destinados a lograr la conformidad de las personas, sometiéndolas a pautas, modelos y requerimientos del grupo, para asegurar su continuidad frente al comportamiento individual irregular. Así, las instancias de control funcionan cuando convierten al individuo en un sujeto adaptado que acepta lo que la sociedad le impone en su vida, o lo someten violentamente para lograr esa aceptación.

El discurso político es un medio de control, una expresión de ideología que se dirige a la sociedad, con la finalidad de que se den las conductas deseadas o favorables para quien lo emite, y así detente el poder; puesto que logrará el consenso mediante la expresión de información que llegará a aceptarse como válida y obligatoria para una adecuada convivencia.


Entonces, el discurso político puede llegar a ser una técnica para favorecer a la comunidad, o para imponer la voluntad de quien tiene el poder, e impedir que otros individuos perciban sus verdaderos intereses; y finalmente lograr mantener ese poder social.

Cada modelo político produce los medios, y justificaciones, que necesita o requiere para cumplir con los fines de quienes detentan el poder. Una de esas técnicas o estrategias puede llevarse a cabo a través de la construcción de la realidad: por medio de la interacción de la comunicación y el lenguaje se construyen historias, situaciones, supuestos, etc., que buscan influir y determinar las acciones de las personas en el medio en el que se desenvuelve. La forma de entendimiento de la comunicación es lo que crea esa realidad.

Por ello, en ocasiones, para evitar que la población se de cuenta de que el poder es empleado para favorecer intereses económicos individuales, que la riqueza no es distribuida equitativamente, que no se destinan los recursos suficientes para evitar el hambre, la pobreza, la ignorancia, la falta de trabajo, y de oportunidades, y fortalecer los valores y la seguridad ciudadana; se crean distracciones folclóricas o fantasiosas, historias falsas, agravando situaciones que carecen de relevancia, u ocultando información, con la finalidad de que la población se sienta tranquila y relajada, y evite observar esa realidad.

Por ello, no faltan los políticos que pomposamente presumen haber realizado infinidad de modificaciones legales, para endurecer penas de cárcel, incrementar las ya establecidas, y restringir al máximo los derechos y garantías de los “delincuentes”, argumentando que estas leyes lograrán reducir la delincuencia y la inseguridad de la comunidad. Lo que no informan estos políticos, es que ese discurso es irresponsable, pues no se tiene ningún sustento científico, objetivo y real, de que las modificaciones legales disminuyan la inseguridad, y para ello es suficiente observar el acontecer diario.

Tampoco faltan los políticos que, en el momento en que es evidente el reclamo y rechazo social por la falta de cumplimiento de sus deberes y funciones como autoridades, inventen historias de que, en menos de dos días, se han resuelto exitosamente todos los problemas de los últimos años, relacionados con la inseguridad, intranquilidad y falta de paz pública de una sociedad. Y pasando unos días, el problema se hace evidente nuevamente.


Igualmente, no faltan los políticos que hablan de la transparencia, la claridad en sus funciones y su compromiso con el pueblo, pero se niegan a comparecer ante los representantes de esa sociedad, para explicar la forma y condiciones en que se están empleando los recursos públicos, y tampoco informan oportunamente sobre proyectos que llevan a cabo particulares, que anteriormente se habían prohibido a las autoridades.

Así mismo, no faltan los políticos que en vez de reconocer los errores en su administración y tratar de repararlos, amenacen con exhibir públicamente a personas que ellos consideran responsables de los males que aquejan a la sociedad, sin ni siquiera existir una declaración, conforme a derecho, de su culpabilidad.

Tampoco falta el discurso político que trata de una manera al económicamente poderoso, y de otra forma al desposeído; pues lo que en el rico es alegría, en el pobre es enfermedad.

Así, se sigue comentando el caso de la “osamenta del encanto” y se informa que un experimento animal fallido o extraterrestre está causando estragos con el ganado. Un equipo de fútbol, de los llamados “grandes”, tiene el peor torneo de su historia, y milagrosamente acude a Brasil a provocar un “Maracanazo”. Se da gran énfasis e importancia a la noticia de que el entrenador de la selección de fútbol ha sido separado de su cargo. Se inicia una campaña de estigmatización y rechazo contra una subcultura de jóvenes que se expresan a través del reflejo de sus emociones (como anteriormente se hizo contra los punks y darks). Se comunica que tres pescadores estuvieron perdidos en el mar por casi nueve meses, y aparecieron sanos y salvos, curiosamente sin signos de desnutrición. Se satura de información sobre un lamentable caso policíaco en una discoteca de la capital, para distraer de la violencia que se está dando en los demás estados y el resto del país. Se difunde ampliamente que la inseguridad y los delitos siguen incrementándose, por lo que es necesaria la inflación o incremento del sistema penal; en ese discurso, unos son “levantados” y otros son “secuestrados”. Se transmiten comerciales comparando a políticos con los grandes criminales de la humanidad. Se crean óvalos deportivos para la diversión social, y las ferias se desarrollan por meses, donde el alcohol se expide en grandes cantidades y sin restricciones, pero eso sí, ya hay grandes multas para los que conduzcan ebrios.

Y con ello, la realidad sigue su marcha en forma paralela, pues la “Matrix” ayuda a que la gente se sienta tranquila, relajada y alejada de lo que ocurre en verdad, para evitar reclamos y disgustos.
La cuestión es que ese pan y circo no es tema reciente: anteriormente los gladiadores se enfrentaban en el coliseo romano; hoy, luchan a dos de tres caídas sin límite de tiempo; y la sociedad prefiere seguir en brazos de Morfeo, conectada a la fantasía, que vivir la realidad y exigir, respetuosamente y conforme a derecho, lo que les es debido.

Lo más cómico del caso es que todo lo expuesto se desprende de la trama de la novela de George Orwell; ¿coincidencia? ó, como llegó a decir Vendetta, “las coincidencias no existen, sólo la ilusión de creer que existen coincidencias”. Cada quien decide si, como Alicia, abre los ojos, sigue a la liebre, y toma la píldora roja o la azul…

Publicado originalmente el 5 de agosto de 2008 en Crisol Plural. 

http://crisolplural.com/2008/08/05/orwell-tenia-razon-la-ignorancia-sigue-siendo-la-fuerza%e2%80%a6/